La semana pasada volví a escuchar la misma controversia de siempre, sobre que era más importante: La capacidad de generar preguntas con alto impacto o la capacidad de dar respuesta. La generación de preguntas y su importancia siempre han estado ahí, Peter Drucker nos menciona: ¿Qué tipo de liderazgo requiere mi empresa de hoy en adelante? ¿Yo cuento con las habilidades necesarias? ¿Es estrictamente necesario que yo esté ahí? Y son útiles y obligatorias cuando sufre un cambio en nuestra empresa.
Expertos de diversas áreas nos mencionan que hay que contratar a las personas por el tipo de preguntas que hacen y como consultor es más importante las preguntas que haces que las respuestas que das. Y tenemos su contra-parte, expertos que dicen que la habilidad de dar respuestas es crucial.
Pero ambas vertientes son correctas e incorrectas al mismo tiempo, dejan de lado la perspectiva holística y termina siendo la pelea del Huevo vs Gallina. Como consultores tenemos la obligación de dar respuestas y generar soluciones, y la capacidad de generar preguntas relevantes no otorga el enfoque.
Sin un buen enfoque, visión que nos otorgan las preguntas, los resultados derivados de las respuestas no serán satisfactorios.
Pongámoslo más simple: “¡No importa que tan buena sea la respuesta, si la pregunta está mal!”
Y parece tonto, pero tomemos un viaje en el tiempo: Cuando éramos niños (Y cualquier niño) ¿Qué es lo que hace el niño y qué es lo que fastidia a los padres? Se la pasa preguntando, y fastidia a los padres porque hay ocasiones donde los padres no son capaces de responder a la pregunta. Con el paso del tiempo nos volvemos más grandes y empezamos a (mal) entender que aquellos que preguntan son tontos (un eufemismo) por no decir otra cosa. Y dejamos de hacer preguntas y todo lo damos por hecho.
Y escuchamos a gente decir “Es que salió en la tele”; por lo tanto nuestra capacidad de generar preguntas no se desarrolla y perdemos la oportunidad de responder preguntas como:
¿Qué estoy haciendo en mi trabajo? ¿Es el lugar adecuado para lo que estoy haciendo? ¿Mi negocio está creciendo? ¿Cómo quiero ver a mi empresa dentro de 5 años? ¿Qué tengo que hacer para conseguirlo? ¿El proceso de los próximos 5 años lo quiero hacer solo?
Como consultora sabemos que esta información es relevante para la situación actual de las empresas en México.